Botafogo es Botafogo desde que El Carpo lo apodó así, y aunque ensaya algunas teorías, nunca supo en verdad la razón. “Pappo se lo llevó con el”, dice, y recuerda en algunas palabras la generosidad con la que siempre se vincularon y el respeto musical que los unía y como el líder de Pappo´s Blues y Riff era venerado por los grandes del género allá donde el blues de tanto tocarse, es intocable. “Una vez en Washington, invitado a tocar por Taj Mahal, una de las figuras más relevantes de la historia del estilo en el mundo, cuando me presentaron el tipo me saludo y me preguntó ¿Cómo está mi amigo Pappo?” y lo pronuncia en una especie de spanglish. Paradójicamente, ese tipo al que los grandes bluseros del mundo abrazaron murió tirado en una carretera tirado en una carretera y no tenía contrato con ninguna empresa “porque no había productores interesados en su obra”. Explica.
– Si el blues argentino tiene vida más allá de Pappo ¿Vos sos una especie de último bastión?
– No, no. Hay muchos chicos tocando, mucha gente trabajando. Y a mi me consta porque una de mis facetas de trabajo y pasión es la enseñanza, tengo 8 libros editados, uno de ellos dedicado específicamente al Blues que se viene vendiendo hace como 15 años, lo que quiere decir que hay mucha gente interesada en aprender a tocar Blues. Yo soy un laburante de la música y muchas veces tengo que viajar solo porque no hay 2.000 pesos más para pagar a mi banda. Me dicen ¿No te animas a venir solo? Y la verdad es que tengo que decir “si” porque yo soy músico de carretera y no de tapa de revistas.
– Y encima es muy probable que yo ahora vaya a mi casa y desde Ares pueda bajar gratis toda tu discografía…
Sobre eso no hay control. Es una más de las muchas áreas en las que el arte está desprotegido.
– ¿Rescatas fuera del Blues alguna banda cuya obra despierte tu interés?
Si, por supuesto. Mollo con Divididos está haciendo una cosa muy creativa, muy de lo que fue la cosa en los inicios del rock argentino, antes de Claro, Personal, Coca-cola, Pepsi. El grupo de mi hijo (baterista de Carajo), que más allá de que sea mi hijo, siempre los veo ensayando, haciendo demos, el guitarrista en el conservatorio, mi hijo con su maestro de batería, y tienen un respeto por su público y están en las rutas y haciendo buenos discos. Hay mucha movida en Argentina y hay un público de todas las generaciones. Acá hay mucho amor por la música. Mirá lo que pasó con Roger Waters, lo que pasa con los Rolling Stones.
– ¿Vas a escuchar esas bandas cuando pasan por Argentina?
Casi ninguna, pero me gusta ir a ver algunos músicos de afuera de Blues, de Jazz. A Clapton claro que lo fui a ver, y tuve la suerte de tocar de soporte las últimas dos veces que vino, pero en Chile. Y por supuesto a B.B King cuando vino al Luna Park, lo fui a ver como el que va a ver a Sai baba.
Lo que hoy es rock por un lado y blues por otro en algún momento estaban hermanados. No se concebía el uno sin el otro. Pero con el tiempo la cosa cambió y Botafogo cree saber porque: “Todo nació como Blues & Rock. Yo tengo recortes de revistas muy viejas en las que se anunciaban festivales de Rock & Blues en los que tocaban Almendra, Pappo, Manal, Vox Dei. Después el rock dejó de lado al blues y se unió al pop, por algo la radio más importante de la argentina de se llamo Rock & Pop y no Rock & Blues. Y ahora es rock y pachanga, por lo que deberían cambiarlo y ser Pachanrock o Pachanpop”.
– No des ideas.
Botafogo se ríe y descarga “lo de algunos músicos me parece de terror, pero están trabajando, su trabajo es ese, trabajan para alguien que les da dinero por hacer eso. Alguien me dijo alguna vez cuando no entiendas algo hace la ruta del dinero. Es decir, a alguien le interesa que alguien haga algo y se muestre como se muestra, y que el otro le pegue un tiro al manager y robe un taxi y anden con una canilla de bronce en el bolsillo. Hay alguien a quien le interesa la enfermedad de Charly, la enfermedad de Pity…
– ¿Sos futbolero?
El fútbol me da vergüenza.
– Pero te lo pregunto porque siempre se habla de rock y fútbol y en ese emparentamiento deberíamos pensar en Maradona y en los intereses de esos alguien.
Maradona es la propaganda del narcotráfico más grande que existe. Y nosotros lo adoramos, siendo un pobre muchacho que ignora la esencia de la vida y se ha quedado con esa cáscara, con esa máscara que le ayudaron a formarse y creyéndose un Dios cuando en verdad es uno más de nosotros, un guijarro en el camino. Pero es un instrumento de otros. Yo no señalo, porque a mi lo que me importa son los de atrás, por eso no voy señalando, porque yo no me crie en el Opus Dei, ni la iglesia al lado del cura. Yo me crie en la calle, con atorrantes, con flacos de la hinchada de Boca, en la plazita del barrio, por eso no estoy con el dedito acusador, porque yo hice todo y conozco todo. A mí el que me interesa es el que esta atrás, el que no quiere que se pongan radares en las fronteras.